1. ¿Cuál es tu única esperanza en la vida y en la muerte?

2. ¿Quién es Dios?

3. ¿Cuántas personas hay en Dios?

4. ¿Cómo y por qué nos creó Dios?

5. ¿Qué más creó Dios?

6. ¿Cómo podemos gloridicar a Dios?

7. ¿Qué exige la ley de Dios?

8. ¿Cuál es la ley de Dios resumida en los Diez Mandamientos?

9. ¿Qué es lo que Dios exige en el primer, el segundo y el tercer mandamiento?

10. ¿Qué es lo que Dios exige en el cuarto y el quinto mandamiento?

11. ¿Qué es lo que Dios exige en el sexto, el séptimo y el octavo mandamiento?

12. ¿Qué exige Dios en el noveno y el décimo mandamiento?

13. ¿Puede alguien cumplir perfectamente la ley de Dios?

14. ¿Dios nos creó incapaces de cumplir Su ley?

15. ¿Cuál es el propósito de la ley si nadie puede cumplirla?

16. ¿Qué es pecado?

17. ¿Qué es idolatría?

18. ¿Permitirá Dios que nuestra desobediencia e idolatría queden sin castigo?

19. ¿Existe forma de escapar del castigo y volver a disfrutar del favor de Dios?

20. ¿Quién es el Redentor?

21. ¿Qué clase de Redentor es necesario para llevarnos de regreso a Dios?

22. ¿Por qué el Redentor tiene que ser verdaderamente humano?

23. ¿Por qué tiene el redentor que ser verdaderamente Dios?

24. ¿Por qué era necesario que Cristo, el Redentor, muriera?

25. ¿La muerte de Cristo significa que todos nuestros pecados pueden ser perdonados?

26. ¿Qué más redime Cristo con Su muerte?

27. ¿Todos seremos salvos por medios de Cristo así como nos perdimos por medios de Adán?

28. ¿Qué les sucede después de la muerte a los que nos están unidos a Cristo por la fe?

29. ¿Cómo podemos ser salvos?

30. ¿Qué es la fe en Jesucristo?

31. ¿Qué creemos mediante la fe verdadera?

32. ¿Qué significan justificación y santificación?

33. ¿Deberían aquellos que están en Cristo buscar la salvación mediante sus obras o de alguna otra forma?

34. Ya que somos redimidos solo por gracia, solo por Cristo, ¿tenemos que hacer buenas obras y obedecer la Palabra de Dios?

35. Ya que hemos redimidos solo por gracia, solo por medio de la fe, ¿de dónde proviene esa fe?

Tercera parte: Espíritu, Restauración, Crecer en la gracia

36. ¿Qué creemos sobre el Espíritu Santo?

37. ¿Cómo nos ayuda el Espíritu Santo?

38. ¿Qué es la oración?

39. ¿Con qué actitud debemos orar?

40. ¿Qué debemos orar?

41. ¿Qué es la oración del Señor?

42. ¿Cómo debe ser leída y escuchada la Palabra de Dios?

43. ¿Qué son los sacramentos y ordenanzas?

44. ¿Qué es el bautismo?

45. ¿Es el bautismo con agua lo que nos limpia de pecado?

46. ¿Qué es la Cena del Señor?

47. ¿La Cena del Señor añade algo a la obra expiatoria de Cristo?

48. ¿Qué es la iglesia?

49. ¿Dónde está Cristo ahora?

50. ¿Qué significa la resusrreción de Cristo para nosotros?

51. ¿Qué ventaja nos da la ascensió de Cristo?

52. ¿Qué esperanza tenemos en la vida eterna?

Pregunta 1: ¿Cuál es tu única esperanza en la vida y en la muerte?

Que no nos pertenecemos a nosotros mismos, sino que somos, en cuerpo y alma, en la vida y en la muerte, de Dios y de nuestro Salvador Jesucristo.

 Romanos 14:7-8

Porque ninguno de nosotros vive para sí mismo, ni tampoco muere para sí. Si vivimos, para el Señor vivimos; y, si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos o que muramos, del Señor somos.

 Comentario

Juan calvino

Si no somos nuestros sino del Señor, entonces ya sabemos de cuáles errores debemos huir y hacia dónde debemos dirigir todos los actos de nuestra vida. No nos pertenecemos, así que no permitamos que nuestra razón ni nuestra voluntad dirijan nuestros planes y nuestras obras. No nos pertenecemos, así que no establezcamos como nuestra meta buscar lo más conveniente para nosotros… No nos pertenecemos, así que olvidémonos de nosotros mismos y de todo lo que es nuestro tanto como nos sea posible. Por el contrario, le pertenecemos a Dios, por tanto, vivamos para Él y muramos por Él. Le pertenecemos a Dios: permitamos entonces que Su sabiduría y Su voluntad gobiernen nuestras acciones. Le pertenecemos a Dios: permitamos que todos los componentes de nuestra vida estén enfocados hacia Él como nuestra única meta. ¡Oh, cuánto se ha beneficiado aquel hombre que, habiéndosele enseñado que no es dueño de sí mismo, le ha quitado el dominio y el gobierno a su propia razón para entregársela a Dios! Pues, así como consultar nuestro propio interés es la pestilencia que nos lleva más efectivamente a la destrucción, de igual manera el único refugio de salvación es no saber nada ni desear nada por nosotros mismos, sino seguir únicamente la guía del Señor.2

 

Timothy Keller

En algún punto de su escrito, Juan Calvino establece la esencia de lo que significa vivir la vida cristiana. Él dice que podría redactar una lista de los mandamientos que debemos cumplir o de los rasgos de carácter que debemos exhibir. Pero, en lugar de ello, decide reducirlo al motivo principal y al principio básico de lo que significa vivir la vida cristiana. El motivo básico es que Dios envió a Su Hijo a salvarnos por gracia y para adoptarnos en Su familia. Así que ahora, debido a esa gracia, por gratitud, queremos parecernos a nuestro Padre. Queremos parecernos a nuestra familia. Queremos vernos como nuestro Salvador. Queremos agradar a nuestro Padre. Por tanto, el principio básico es este: que no debemos vivir para agradarnos a nosotros mismos. No debemos vivir como si nos perteneciéramos a nosotros mismos. Y eso implica varias cosas. Significa, antes que todo, que no debemos determinar por nosotros mismos lo que es correcto e incorrecto. Cedemos el derecho a determinarlo y lo depositamos enteramente en la Palabra de Dios. También renunciamos al principio operativo que solemos utilizar en la vida diaria; dejamos de ponernos a nosotros mismos en primer lugar y siempre ponemos antes lo que le agrada a Dios y lo que muestre amor hacia nuestro prójimo. También significa que no debe haber ninguna parte de nuestra vida que no hayamos entregado. Debemos entregarnos a Él por completo —en cuerpo y alma. Y significa que confiamos en Dios en la abundancia y en la escasez, en los tiempos buenos y en los malos, en la vida y en la muerte. ¿Cómo se relacionan el motivo y el principio? Debido a que somos salvos por gracia, no nos pertenecemos a nosotros mismos. En una ocasión, una mujer me dijo: “Si yo pensara que soy salva por algo que hice, que hice alguna contribución a mi salvación, entonces Dios no podría exigirme nada porque yo he contribuido. Pero si soy salva por gracia, solo por gracia, entonces no existe nada que Él no pueda pedirme”. Y eso es cierto. No te perteneces a ti mismo. Fuiste comprado por precio.

Hace algunos años escuché a un predicador cristiano preguntar: “¿Cómo puedes relacionarte con alguien que se ha entregado completamente por ti sin tú entregarte completamente a él?”.

Jesús se entregó completamente por nosotros, así que ahora debemos entregarnos a Él por completo.

 Oración

Cristo, esperanza nuestra, en la vida y en la muerte, nos entregamos a Tu cuidado misericordioso y paternal. Te amamos porque te pertenecemos. No tenemos ningún bien fuera de Ti, y no podríamos pedir mayor regalo que pertenecer a Ti. Amén.